domingo, 22 de febrero de 2015

21 DE FEBRERO DIYA D'A LUENGA MATERNA

Hoy hemos celebrado el XV día internacional de la Lengua Materna, declarado por la Unesco en noviembre de 1999 con el objeto de proteger la diversidad lingüística. Se escogió este día en conmemoración de las muertes de estudiantes durante las protestas en defensa de la lengua bengalí en el año 1952 a manos de la policía pakistaní.

Los procesos de globalización a los que estamos asistiendo durante las últimas décadas y que nos están llevando a una progresiva uniformidad cultural y económica, está haciendo peligrar muchas lenguas minoritarias. Y con lenguas minoritarias nos referimos a todas aquellas que perviven sin apoyo institucional ni pedagógico, que se hablan en el seno familiar, transmitiéndose de padres a hijos muchas veces inmersos en un ámbito linguístico de una lengua mayoritaria diferente. Sólo tenemos que visitar páginas web como la del proyecto endangeredlanguages.com para darnos cuenta de cuántas lenguas en peligro existen en nuestro planeta. Según este proyecto, nuestra lengua propia, el aragonés, es una de las lenguas maternas más amenazadas de extinción. Si no la cuidamos, si no se le da apoyo por parte de las instituciones y se incorpora al currículo educativo, corre un serio riesgo de desaparecer y con ella una parte de nosotros, de nuestra historia y tradiciones, de nuestras raíces.

Perder un idioma es perder una parte de nosotros, un mazazo a la diversidad y la riqueza cultural que deberíamos preservar. Las políticas de colonialismo interior que muchos macroestados utilizan contra las culturas que aglutinan en su interior reprimen especialmente las lenguas por ser elementos diferenciadores de alto nivel, hasta llegar incluso a los hechos acontecidos desgraciadamente en 1952 y que hemos conmemorado hoy. Esas políticas uniformadoras, que tanto pueden interesar políticamente a determinadas oligarquías, no hacen más que empobrecer el patrimonio cultural universal.

Defendamos nuestras lenguas, defendamos el aragonés. Evitemos que desaparezca y leguemos a nuestros hijos la riqueza cultural que merecen.

No deixez morir a mía voz

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