Desde el Sindicato Obrero Aragonés queremos exponer nuestro posicionamiento ante el tsunami de proyectos aprobados y en gestación, para instalar macro parques de energías renovables en zonas y territorios aragoneses muy sensibles, por cuestiones medioambientales, paisajísticas y sociales.
La mal llamada Transición Ecológica tiene riesgos de todo tipo y condición. Se plantea una desigualdad territorial que refuerza las dinámicas capitalistas y coloniales, las mismas que han relegado a Aragón a un papel de proveedor de recursos -naturales y humanos- a otros territorios. El trasvase y los grandes pantanos fueron el penúltimo episodio (inacabado) de esta esquilmación. Las noticias sobre el clúster del Maestrazgo nos han amargado este verano de 2024. Perderemos biodiversidad, salud, oportunidades, identidad…
La creación de empleo del sector de las energías renovables es un hecho, pero no en la medida en la que una persona normal pueda valorarlo. El denominado empleo verde es pura propaganda en los municipios donde quieren instalar los macro parques de energías renovables. Se realiza con subcontratación para la construcción de las mismas y el empleo directo, el de calidad, se genera en Madrid, Navarra o Euskadi. Es decir, pan (escaso y duro) para hoy, y hambre para mañana y pasado. Igual que con los deseados centro de datos.
La política extractivista tiene aliados fuertes. La DGA oferta 80.000 euros para documentar el destrozo causado por las renovables. Una ocurrencia en la línea de no actuar y dejar hacer. Se acusarán unos a otros pero al final, ni moratorias ni una adecuada ordenación del territorio. El enemigo en casa, como siempre.
Nuestra soberanía no debe estar supeditada a ningún sacrificio. Por ello SOA denuncia este ecocidio planificado, apoyando todas las acciones que desde plataformas, asociaciones y demás colectivos, se están coordinando para frenar este despropósito.