miércoles, 23 de octubre de 2013

¿QUE ES UNA EMPRESA SOCIALMENTE RESPONSABLE? ¿ES POSIBLE OTRO MODELO DE EMPRESA?

Negocio y ética ¿dos conceptos irreconciliables? ¿Es utópico pensar en compañías que, sin perder de vista su cuenta de resultados, actúen según criterios socialmente responsables?

Trabajar en equipo, con honestidad, con transparencia, sabiendo motivar, emprender... Sólo una empresa española está presente en el listado de “Empresas Socialmente Responsables", un terreno que poco a poco, tenemos que ir cultivando.

Una Empresa Socialmente Responsable establece como principales estándares en su cultura organizacional, la ética, la moral, y todo lo que se refiere a valores. Tiene como directrices en acción la dignidad humana, el bien común, el principio de la subsidiaridad, la participación social, el principio de la solidaridad, la calidad de vida, el cuidado del medio ambiente, el desarrollo humano, la transparencia y el desarrollo científico y ético.

Una empresa es realmente mejor cuando además de lograr sus objetivos empresariales, aporta beneficios a sus colaboradores, a sus proveedores, a las familias de sus trabajadores, a su entorno, al medio ambiente.


La ética y negocio, tienen que ser compatibles. La crisis que vivimos ha despertado muchas conciencias y ahora creemos que otro tipo de empresas es posible. Cualquier tipo de empresa tiene que ser rentable, porque no debemos vivir de subvenciones o ayudas, sino que tenemos que ser capaces de generar ingresos por nuestro volumen de negocio. Se debe tener en cuenta siempre primero al cliente y sus necesidades y no el dinero que esto puede reportar.

Si pensamos en el pequeño zapatero, panadero o tendero de nuestro barrio, esto es fácilmente apreciable. Es fácil pensar que este trabajador va a valorar la viabilidad del negocio, si este crea a su alrededor un entresijo de vecinos amables y fieles a el, los cuales valoren su trabajo y sean fieles consumidores de el. El bien común de su pequeño tejido local sea igualmente el bien de sus grupos de contacto, sus clientes, o sus compañeros de trabajo.

Sin embargo, en las grandes empresas, inmersos como estamos en la globalización, esto se ha perdido. Las grandes empresas y multinacionales no tienen ese contacto directo con sus clientes y no valoran la co-relación de cercanía con sus clientes y/o trabajadores.

Ideas y ganas hay. Es cuestión de tiempo y de aunar esfuerzos para conseguirlo. Hemos de tener en cuenta que un trabajo mas humano, difícilmente vendrá de las multinacionales, ocupadas solamente en ganar más y más dinero. Es una utopía pensar que las empresas se mueven por criterios de utilidad social. Nuestra propuesta, es que las empresas se muevan por la honestidad, la confianza, la solidaridad y el compartir, la empatía... El fin de una empresa ha de ser el bien común y no su mantenimiento como unidad de negocio.

El dinero ha pasado de convertirse en un medio a convertirse en un fin. Las reglas del juego legales, están fomentando y propiciando más bien las debilidades y las deficiencias humanas como la avaricia, la avidez, la irresponsabilidad, la desconsideración y el egoísmo, como primer valor.

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