Año
de oposiciones y llegan la tensión y también las frustraciones. Ya
no por el esfuerzo sino por un sistema de acceso a la función
pública que está caduco y requiere de una profunda revisión. En
educación nos encontramos sistemáticamente con notas que oscilan
entre 0 y 2, tras mucho estudio y preparación. Un proceso tildado de
injusto por muchos opositores y opositoras, un descontento común que
se extiende por Infantil, Primaria y Secundaria.
Entre
las quejas expuestas el año pasado y que se vienen repitiendo en
otras convocatorias, recalcamos que las calificaciones no reflejan el
desempeño real; los criterios de evaluación son bastante ambiguos,
con un alto grado de subjetividad que afecta a la equidad y
transparencia; escasa claridad en las explicaciones de los tribunales
al respecto de las reclamaciones;
y una inmensa sensación de arbitrariedad que rodea a todo el proceso
de las oposiciones.
Desde
SOA Ensinyanza llevamos unos meses analizando todas estas cuestiones
y reivindicaciones. Hay un
patrón común que refleja la necesidad de renovar método -los temas
de las especialidades de Secundaria son de principios de los
noventa-, tener mayor transparencia durante el proceso y ganar en
equidad.
El
modelo de examen debería ser revisado en profundidad,
ya que el actual no refleja las capacidades y competencias que se
exigen. Se aboga por la posibilidad de una prueba tipo test,
combinada con los prácticos. De la misma forma el
temario debería ser único y aportado por la administración
-en función de las especialidades-, para evitar confusiones y
respaldar las mismas condiciones para todos los/-as opositores/-as.
La revisión de las
calificaciones debe ser
realizada por tribunales diferentes a los asignados para la prueba,
de forma que se garantice la imparcialidad y objetividad; igual que
los exámenes deben ser
verificados con minuciosidad
para evitar en la medida de lo posible errores fatales para los/-as
opositores/-as. En la misma línea también se plantea más
tiempo para la realización de las pruebas.
También
se plantea no adjudicar un número concreto de plazas por tribunal:
la selección debe basarse en méritos y no en cupos predefinidos. Si
bien desde la administración siempre se han negado, todas sabemos
que existen. Los criterios de
calificación deben ser
accesibles, detallados y publicados con suficiente antelación.
Y
este proceso tortuoso no termina con la oposición ya que los
llamamientos y criterios para las listas de interinos son bastante
mejorables. Algunas voces dentro
dentro de la colectividad de personas interinas han demandado que se
respete la provincia de referencia desde el primer llamamiento. De
esta forma, se evitarían desplazamientos innecesarios y costes
adicionales. Todas las vacantes deberían ser voluntarias,
garantizando la oportunidad de elegir los puestos de trabajo. Desde
SOA Ensinyanza apostamos por bonificar y estabilizar las vacantes del
medio rural, favoreciendo el acceso para que no se queden sin cubrir.
Hay
reivindicaciones específicas, como la exigencia desde Primaria para
que los enunciados de los casos prácticos estén bien formulados o
cuestiones laborales como la rebaremación
anual, para que las
calificaciones reflejen siempre los méritos más recientes. Y que
esta sea además automática, que cada docente pueda subir sus
méritos en cualquier momento y el día en que se haga la
rebaremación ya estén ahí. Sin riesgo a decaer de listas por no
hacer un click a tiempo.
En
nombre de maestros/-as, profesores/-as y opositores/-as, solicitamos
a las autoridades educativas y a los responsables de la gestión de
las oposiciones que tomen en cuenta estas quejas y trabajen en la
implementación de mejoras urgentes para un proceso más justo y
equitativo. Desde SOA Ensinyanza estaremos vigilando y escuchando a
la gente afectada.