Ponencia sindical



Una acción sindical al servicio del cambio social.

1. La acción sindical debe ser un instrumento para el cambio social. Tan importante como fijar las referencias y reivindicaciones principales para los próximos años será acertar bien en un modelo sindical que esté al servicio del cambio.
2. Las características de nuestra acción sindical están definidas por la naturaleza sociopolítica de nuestra intervención y de confrontación contra el modelo económico y social y laboral que se nos impone.
3. La situación actual de la lucha de clases requiere no sólo reafirmar nuestra apuesta por nuestro modelo, sino también reforzar nuestra praxis diaria. La acción sindical de SOA debe fortalecer y aumentar la referencia y capacidad de lucha de la clase trabajadora.
4. Así, tiene que ser una acción sindical que una a las trabajadoras y trabajadores en la disputa de poder a las patronales y administraciones públicas. Una acción sindical que haga frente a la alianza que mantienen la patronal y algunos sindicatos.

1. Una acción sindical para la reestructuración del sujeto de clase.
1. Para hacer frente a la fragmentación actual debemos enfrentarnos a los factores que dividen a la clase trabajadora y reforzar aquellos que ayudan a su convergencia. Sin embargo, las dificultades para realizar esto que parece tan evidente son notables. Debemos tener en cuenta algo como la doble escala salarial.
2. El patriarcado y la precariedad son los principales elementos de esta fragmentación y ambos son elementos intrínsecos del capitalismo; son rasgos estructurales de la situación actual y no hay forma de solucionar ni el uno ni el otro sin hacer frente al neoliberalismo en su conjunto.
3. La recomposición del sujeto de clase es una lucha en sí misma, y así lo entendemos en SOA desde hace años. Debemos profundizar en este camino, en la estrategia que tenemos definida, analizando permanentemente la evolución del sujeto de clase.
4. Corporativizar reivindicaciones o núcleos organizativos, actuar sin tener en cuenta la situación de colectivos específicos o dejarlos en un segundo plano, así como pensar que si cada cual se ocupa de lo suyo todas y todos podremos avanzar, son planteamientos que alimentan la división.
5. De la misma manera, tiene una importancia crucial el hacer frente a la individualización actual de las relaciones laborales. Si la división nos debilita, enfrentarnos con la patronal individualmente nos desactiva. Ésa es precisamente la consecuencia más dañina de la desregularización del mercado laboral si lo analizamos desde un punto de vista de clase.
6. La acción sindical es el modo de hacer frente al individualismo, porque es un ejercicio colectivo, porque el sindicalismo es de por sí hacer frente a los problemas de las trabajadoras y trabajadores de un modo colectivo. Ésa es la clave principal para enfrentarnos a la situación. Reforzar la negociación colectiva, como principal instrumento de la acción sindical, es hoy en día el medio principal con el que contamos para hacer frente a la desregularización.
7. Otra situación que tenemos que tener en cuenta es la de las y los pensionistas. Es un colectivo amplio y diverso y, aunque se den distintas situaciones dentro de él, tienen necesidades comunes (pensiones insuficientes, falta de servicios sociocomunitarios...). Quedarse fuera del mercado laboral no quiere decir que no coincidan con las preocupaciones y las necesidades que tienen las trabajadoras y trabajadores. Además de dar respuesta a sus situaciones específicas, debemos activar a este colectivo por la defensa de los derechos de las y los trabajadores, ya que tienen mucho que aportar a la sociedad.

2. Una acción sindical para transformar la realidad de los centros de trabajo.
1. El objetivo de nuestra acción sindical es disputar el poder a la patronal pública y privada, limitando la superioridad con la que cuenta actualmente. En los próximos años la estrategia global de redistribución de la riqueza será la referencia de nuestra actividad sindical.
2. La riqueza-plusvalía que se crea gracias a nuestro trabajo se encamina a aumentar los beneficios del empresariado y no la creación de empleo o a mejorar ni su calidad ni los salarios. Ésa es precisamente la situación que debemos combatir.
3. Con una propuesta integral a favor del derecho a un empleo digno, debemos reforzar la lucha por un empleo de calidad en los centros de trabajo.

3. Ámbitos de disputa del poder al empresariado.
1. La política salarial y las condiciones laborales son los ámbitos habituales del sindicalismo para disputar el poder a la patronal pública y privada. Conforme a estos dos factores avanzamos o retrocedemos en redistribución de la riqueza y en la correlación de fuerzas capital-trabajo.
2. Dentro de la lucha basada en estos factores se debe tener en cuenta la situación específica de colectivos concretos. SOA ya dijo hace varios años que la estrategia sindical que se debe desarrollar en estos dos ámbitos se queda corta y es excluyente, si no se tiene en cuenta la situación específica de colectivos concretos, porque estas tres luchas no respondían a la realidad de todas las trabajadoras y trabajadores en su globalidad, no tomaba en cuenta a las mujeres como sujeto ni, por tanto, respondía a las necesidades de las trabajadoras. De esta manera, a la lucha global le sumamos la visión específica de diversos colectivos y comenzamos a articular una línea de lucha por la igualdad de oportunidades.
3. Sobre estas bases pivotan y deben pivotar en adelante nuestras reivindicaciones principales. Y, como hemos dicho, una gran parte de la riqueza que se crea en las empresas debe canalizarse a estas reivindicaciones de la clase trabajadora, la parte que nos corresponde a las trabajadoras y trabajadores y que hoy en día se la queda el empresariado.
4. A la hora de situar estas reivindicaciones en nuestra acción sindical, tenemos que tener en cuenta que hemos de concretarlas según la realidad de cada lugar y según la evolución de cada factor.
5. Pero, sobre todo, debemos garantizar que definimos nuestra acción sindical tomando estas reivindicaciones en su globalidad. Si clasificamos nuestras reivindicaciones según la importancia que les da cada cual y si hacemos nuestra acción sindical según lo que podríamos lograr, el día a día y la inercia nos llevarán a realizar la acción sindical insuficiente que hemos mencionado al principio.

4. Actualizar nuestras reivindicaciones.
Debemos fijar nuestra posición en lo que se refiere a cada reivindicación según el contexto y la situación específica de cada colectivo trabajador. Así, en los próximos años tenemos que darle una importancia especial a lo siguiente:
1. Salarios: Hay que tener en cuenta la pérdida del peso de las rentas del trabajo. Aunque las subidas salariales que conseguimos en los convenios estén ahí, el peso de las rentas del trabajo cada vez es menor. Por lo tanto, el incremento de beneficios deberá ser tenido en cuenta a la hora de fijar la subida salarial. En los servicios públicos la referencia será el crecimiento económico. Para concretar la subida salarial, el IPC será la referencia mínima. Además de una subida salarial, debemos reivindicar un salario digno al margen de horas extras.
2. Uno de nuestros objetivos tiene que ser reducir las diferencias salariales presentes entre las distintas categorías o colectivos de trabajadoras y trabajadores y debemos mostrar una posición contraria a las dobles escalas salariales o a cualquier otro tipo de prácticas discriminadoras.
3. Tras esta situación se encuentran sobre todo los salarios del sector servicios; cada vez más personas trabajan en estos sectores y ahí se encuentran los salarios más bajos. Teniendo en cuenta que el 70% en este sector son trabajadoras, esta lucha tiene que tomar necesariamente en cuenta la situación de las mujeres.
4. No podemos olvidar que los salarios de las mujeres son un 30-40% más bajos que los de los hombres. Nuestros retos son sacar a la luz y eliminar las discriminaciones sexo-género y actuaciones encubiertas que hay tras esta diferencia.
5. Cada vez son más las trabajadoras y trabajadores que, aun teniendo un contrato a jornada completa, cobran por debajo del umbral de la pobreza. Aunque no tengamos capacidad para fijar el SMI, debemos concretar una referencia para Aragón y utilizarla en la negociación colectiva, a modo de salario mínimo garantizado. (Aproximadamente de 1.000,- € netos mensuales).
6. Hoy en día, se mantiene todavía la discriminación entre mujeres y hombres también en materia salarial. Esa discriminación se da de formas distintas y muchas veces es difícil de sacar a la luz.
7. Por el mismo trabajo no se percibe el mismo salario. En los sectores feminizados, a causa del menor valor social del trabajo, se perciben salarios más bajos.
8. Por otra parte, a la hora de decidir los salarios o de valorar los puestos de trabajo, no se garantiza el principio de igualdad y muchas veces se utilizan criterios discriminatorios.
9. Condiciones laborales: hay que poner límites a la temporalidad y subcontratación, que están en la base de la precariedad. Debemos reforzar las medidas para limitar la temporalidad y, sobre todo, intensificar la lucha contra los contratos temporales en fraude de ley.
10. En el caso de la subcontratación, debemos exigir que se prohíba la utilización de subcontratas para hacer trabajos constantes de la empresa principal y hemos de concretar los trabajos que no se realizarán por medio de subcontratas, junto con la lucha por la mejora de las condiciones laborales de estas últimas, por supuesto.
11. En las administraciones públicas debemos mostrarnos en contra de la privatización de más servicios. Tenemos que reivindicar la reversión de los servicios públicos privatizados y que se mejoren las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores privatizados.
12. También tenemos que hacer frente a la amenaza y el chantaje de la deslocalización, ya que se ha convertido en un instrumento para empeorar las condiciones laborales y castigar a la clase trabajadora. La deslocalización estructural de las empresas es una consecuencia natural de la legislación neoliberal. En nombre de la eficiencia y la competencia, el mercado impone dónde y cómo deben realizarse ciertos procesos de producción. Sin embargo la mayoría de las empresas que extienden su amenaza de deslocalización en las relaciones laborales, las multinacionales, ya están deslocalizadas y muchas veces cuentan con una red alrededor de todo el mundo.
13. Las experiencias que hemos tenido nos dicen que, en estos casos, el objetivo de las empresas es hacer responsables a las trabajadoras y trabajadores de las ganancias. El empresariado dice cuánto quiere ganar y pretenden que las y los trabajadores acepten retrocesos en sus condiciones laborales con el fin de que garanticen esas ganancias. La discusión sobre dónde debe situarse la empresa no está en nuestras manos, la decisión siempre estará basada en las lecturas macroeconómicas permanentes que les den sus estructuras generales. Mientras tanto, van desarrollando modelos de relaciones laborales ofensivos, con la amenaza como medio. Nuestro papel será hacer frente a estas amenazas, mediante la fuerza de la solidaridad y la lucha de las trabajadoras y trabajadores, para poder lograr una verdadera redistribución de la riqueza.
14. La postura ofensiva de estas empresas también se basa en la subcontratación. No tienen ninguna función para con las y los trabajadores subcontratados, pero muchas veces la empresa principal impone sus requisitos a la empresa subcontratada, lo que provoca que las condiciones laborales de esta última se resientan. Además, cuando la empresa principal se deslocaliza estas y estos trabajadores de la empresa subcontratada también se llevan la peor parte.
15. Tenemos que seguir mostrándonos en contra de las contrataciones que se hacen por medio de ETTs.
16. También las formas de organización del trabajo, los ritmos y las cargas de trabajo o elementos como la flexibilidad tienen una influencia directa en la calidad de las condiciones laborales y, por tanto, tenemos que evitar que la patronal los utilice a su conveniencia. Hay que impulsar Planes de conciliación laboral y familiar en todos los centros de trabajo.
17. Salud laboral: Las condiciones de trabajo y la salud laboral tienen una conexión directa, por tanto, luchar contra la precariedad es luchar contra los accidentes laborales y a favor del derecho a la salud laboral. El número de personas que mueren en su puesto de trabajo todos los años es aterrador e intolerable; pero no podemos olvidar que tras este negro dato imposible de esconder, también existen, aunque no salgan a la luz, multitud de accidentes y enfermedades laborales.
18. En cuanto a los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, vemos clara la necesidad de superar la actual dinámica de respuesta, impulsando una mayor presión social que vaya condicionando las posiciones de la patronal y de las administraciones públicas. Debemos responder ante cada accidente tanto en la empresa como en la sociedad. Para ello, por un lado seguiremos reforzando el protocolo de respuesta ante cada accidente de trabajo y por otro, intentaremos activar una respuesta de carácter más general.
19. En las empresas debemos hacer un trabajo permanente para que la organización del trabajo se realice desde el punto de vista de la salud laboral y el empresariado haga inversiones en salud y seguridad laboral y tome medidas de prevención, así como un seguimiento continuado para que aquellas que ya se hayan tomado se lleven a la práctica y se cumplan.
20. En los últimos 10 años, a las mutuas se les ha dado cada vez más competencias gracias a la política del sistema capitalista de privatización del campo sanitario. Los sucesivos gobiernos estatales han fortalecido la actividad de las Mutuas, debilitando la sanidad pública. Los cambios más importantes los podemos resumir en su habilitación para ejercer como Servicios de Prevención Ajenos, también como fiscalizadoras de la situación de riesgo para el embarazo certificada por las y los profesionales del sistema público y en la asignación de competencias en el control de la Incapacidad Temporal de origen común.
21. Las Mutuas son asociaciones patronales privadas que tienen como finalidad ocultar la relación entre las malas condiciones de empleo y trabajo y el deterioro de la salud de las y los trabajadores. Son entidades que están al exclusivo servicio de los intereses económicos empresariales. Los Servicios de Prevención asociados a las Mutuas minimizan, cuando no ocultan, las exposiciones a numerosos riesgos, especialmente los ergonómicos y psicosociales. El sistema mutual es un sistema médico asistencial reparador sin derechos sanitarios para las personas atendidas. Son numerosos los problemas de ausencia de reconocimiento del origen laboral de múltiples daños derivados del trabajo, de fraude en la calificación de la gravedad de los daños, de limitación abusiva del tiempo necesario de baja, de ocultación de información a los pacientes, de ausencia de garantías sobre el derecho a la confidencialidad de los datos clínicos personales. No contemplan la existencia del derecho a una segunda opinión, elección de médico o centro sanitario, etc...
22. La solución pasa por la desaparición de las mutuas e integración de sus recursos y actividades en el sistema sanitario público.
23. Medio Ambiente: Las emisiones y vertidos del centro de trabajo, la gestión de los residuos, las técnicas y procesos... guardan una gran relación con las condiciones laborales, la salud laboral y la calidad de vida. Todas ellas se verían beneficiadas, sin lugar a dudas, mejorando el comportamiento medioambiental. Menor consumo de agua y energía, sustitución de substancias tóxicas...tenemos por delante numerosas tareas.
Queremos y tenemos que avanzar hacia otro modelo de producción y consumo; en esa labor, trabajadoras y trabajadores somos protagonistas imprescindibles. La vía hacia una producción limpia exige múltiples avances a diversos sectores. Entre otros, se precisan inversiones, cumplimientos legislativos, impulso para que la normativa sea más ambiciosa, primar la prevención, etc. Nos queda un largo trayecto hasta conseguir que todo esto adquiera la importancia necesaria en la realidad de los centros de trabajo y en la dinámica sindical.
23. Jornada laboral: La reducción de la jornada laboral sigue siendo una referencia básica tanto para la creación de empleo como para la mejora de las condiciones de vida de trabajadoras y trabajadores. Cuando decimos “reducción de jornada” nos estamos refiriendo a una reducción real. Ambas cuestiones inciden, asimismo, en el reparto de riqueza en las relaciones capital-trabajo. Consideramos que las jornadas completas, han de tener una duración máxima de 35 horas efectivas de trabajo semanal.
24. La patronal, con el liderazgo de empresas multinacionales, viene neutralizando los efectos de la reducción de la jornada. Para esto se vale de sistemas de reorganización que amplían la utilización de las instalaciones con aumentos de flexibilidad en el tiempo de trabajo (horarios laborales). En este sentido, la negociación de la reducción de la jornada laboral ligada al incremento de flexibilidad es una constante que la patronal plantea en la negociación colectiva.
25. Rechazamos todos estos sistemas agresivos de organización de la jornada laboral que tienen como único fin acoplarse a las necesidades de producción, así como la utilización de sábados y festivos, los sistemas “non stop”, etc. Reivindicamos una reorganización del trabajo para mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores.
26. SOA, por tanto, rechazará políticas de negociación de la jornada laboral a costa de salario o de medidas de reorganización del tiempo de trabajo basadas en el aumento de la flexibilidad.
27. Tenemos que seguir luchando contra las horas extraordinarias. Si con carácter excepcional por causa de fuerza mayor (cuando se trate de prevenir o reparar siniestros y otros daños extraordinarios y urgentes) fuera necesario prolongar la jornada ordinaria de trabajo, las horas extraordinarias que se realicen al amparo de las situaciones excepcionales serán compensadas tan sólo por tiempo de descanso.
28. Muchas veces las horas extraordinarias se utilizan como complemento a un salario precario, por tanto la lucha contra la precariedad salarial puede favorecer la lucha contra las horas extraordinarias.
29. Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres: Las opciones de incorporación al mercado laboral, las condiciones laborales, los salarios, las oportunidades de promoción no son iguales para mujeres y para hombres. Las mujeres sufren discriminación tanto a la hora de entrar en el mundo laboral como en el trabajo mismo.
30. Aunque, formalmente y según promulga la ley, las mujeres y los hombres tengan los mismos derechos, en el mundo laboral, como en tantos otros ámbitos, esa igualdad no es real.
31. La mayoría de contratos a tiempo parcial son dirigidos a las mujeres. La mayoría de las veces no es algo voluntario, sino un hecho discriminatorio y utilizado para que perdure la subordinación de las mujeres en el mercado laboral. Tenemos que reclamar que los contratos a jornada parcial que no sean voluntarios se conviertan en contratos a tiempo completo.
32. Normalización lingüística: Fomentar la normalización del aragonés en el mundo laboral debe tener su lugar en la acción sindical. SOA tiene que llegar a convertirse en un agente referencial y efectivo en la normalización del aragonés dentro del mundo laboral.
33. Impulsaremos medidas que, además de garantizar el uso del aragonés en el mundo laboral, se dirijan a darle prioridad. Hay que concretar medidas para “aragonizar” y preparar a las y los trabajadores.
También es necesario recoger el compromiso de las empresas; entre otros, nuestro objetivo tiene que ser implementar planes de normalización lingüística e incluir en los convenios medidas para su fomento de forma progresiva. Instar a que se valore el Aragonés en las nuevas contrataciones.
34. En lo que se refiere a la administración, debemos exigir que se realicen, pongan en marcha y se evalúen planes estratégicos para el impulso del Aragonés. Además, también tenemos que exigir que se fijen los perfiles de los puestos de trabajo de manera que se garantice la capacidad lingüística y también que la política de contrataciones se realice según los objetivos de normalización.

5. Reforzar nuestra lucha en cada sector económico.
1. Aunque hemos fijado nuestra acción sindical analizando la clase trabajadora en su globalidad, está claro que la lucha en el sector industrial, el público o en los servicios privados tiene especificidades propias.
2. La evolución de los factores que hemos mencionado define las particularidades de cada sector económico. Pero también, en cuanto que estamos hablando de acción sindical, la capacidad de lucha que en consecuencia tienen las trabajadoras y trabajadores. Así, las reivindicaciones de y para todas y todos también debemos analizarlas y concretarlas según la realidad de cada sector económico.
3. Pero, cuidado, SOA no tiene una alternativa sindical para cada sector económico, sino lo contrario: nuestro objetivo es que la alternativa sindical que hemos construido para todas las trabajadoras y trabajadores sea válida y eficaz en cada ámbito; para que así sea, tomamos en cuenta las peculiaridades y las condiciones propias de cada ámbito.
4. La acción sindical que hacemos en estos sectores económicos debe posibilitar, además de las relaciones laborales, dar nuevos pasos en la construcción de un Espacio Socioeconómico Aragonés.
5. También en la economía social nuestra intervención será conforme a estos objetivos: mejorar las condiciones y relaciones laborales, limitar la temporalidad, reforzar la participación y convertir la economía social en un activo para el desarrollo de nuestra lengua y cultura, así como para la construcción del Espacio Socioeconómico Aragonés.
6. Teniendo en cuenta la naturaleza política y social que tienen ciertos sectores, debemos concretar las políticas sectoriales o, una vez concretadas, debemos precisar nuevos retos para ir avanzando. Así, en la construcción del sistema educativo aragonés, en la defensa de la red industrial, en la reivindicación de los servicios sanitarios, los servicios socio-comunitarios y los servicios sociales de calidad que respondan a las necesidades actuales de la sociedad o en la lucha para la viabilidad del sector minero, SOA continuará siendo un referente.
7. Esta reflexión no puede entenderse y, menos aún desarrollarse, si no reforzamos la solidaridad de clase que anteriormente hemos mencionado. Entre otras cosas, tomar en cuenta el nivel de precariedad que se da en el sector servicios y las malas condiciones para poder luchar, convierte las reivindicaciones de estas y estos trabajadores en las reivindicaciones de todas y todos, avanzando en la lucha común.

6. Una situación sindical que corresponda a las situaciones específicas de los colectivos más perjudicados.
1. Dentro de nuestra lucha global, debemos recoger y tener en cuenta las reivindicaciones específicas de colectivos concretos. El pueblo trabajador aragonés y SOA como uno de sus instrumentos, estamos contra toda forma de opresión y marginación.
2. Mujeres: que las mujeres sean un sujeto de lucha traerá consigo sumar a la mitad de la clase trabajadora a la lucha. La igualdad de oportunidades es una intervención de todo el sindicato, que tenemos que entender, no sólo como una actuación responsable ante la opresión de las mujeres, sino también como una estrategia que ofrece oportunidades y cauces para que las mujeres se unan a la lucha sindical. Tenemos que entrar en sectores hasta ahora olvidados, como la prostitución.
3. Trabajadoras y trabajadores con discapacidad: estas personas se encuentran de frente con la discriminación en el mercado laboral común, ya que la mayoría de este colectivo se encuentra fuera de él.
4. Las empresas ordinarias y la administración deben reservar una cuota de empleo para las personas con discapacidad, pero esto no se lleva a cabo. La realidad nos muestra que el camino para pasar a las empresas de empleo ordinario no funciona; así, los centros especiales de empleo se han convertido en el fin mismo, es decir, se han convertido en la única opción de empleo para las trabajadoras y trabajadores con discapacidad. Por otra parte, cuando a una trabajadora o trabajador de la misma empresa se le reconoce una incapacidad permanente total, tenemos que luchar por el derecho a que se le recoloque si el lo desea.
5. Así, la acciones que planteamos son exigir la contratación directa de personas con discapacidades; combatir las subcontratas que se hacen a centros especiales de empleo en vez de cumplir la cuotas reservadas, y que los puestos y el medio de trabajo se adecuen a estas personas. Debemos incorporar estas reivindicaciones a las líneas de intervención de la negociación colectiva.
6. Exigir a las administraciones que apoyen y a la vez exijan a los Centros Especiales de Empleo una formación adecuada de tránsito a la empresa ordinaria. En tiempo y plazos.
7. Inmigración: Mediante las políticas diseñadas por y para el capital, asistimos a un proceso que busca convertir la inmigración extracomunitaria en clandestina. Ante esta situación de debilidad, este contingente de inmigración es desplazado hacia los segmentos más precarios del mercado. Condenar a este colectivo a trabajar en la precariedad se utiliza para empeorar las condiciones y derechos laborales de todo el colectivo trabajador. Para cambiar la situación que sufre este colectivo, en nuestra práctica de acción sindical debemos luchar para que estas personas tengan los mismos derechos laborales y sindicales de las demás trabajadoras y trabajadores de Aragón. Nuestra posición debe ser no aceptar ninguna situación de discriminación en los centros de trabajo de Aragón incorporando el colectivo inmigrante a la lucha sindical.
8. No podemos olvidar que la legislación respecto a la inmigración es española, sin transferencias. Es el estado español el receptor. No tenemos instrumentos legales, más allá de la voluntad política de las instituciones de Aragón y de los agentes sociales y sindicales, para incidir en esta nueva relación ampliada y solidaria del sujeto de clase, que debe así fortalecerse. Es, sin duda alguna, una razón más para la lucha por la constitución de un estado aragonés socialista independiente.
9. Juventud: decir que la precariedad es estructural es decir que el futuro de las nuevas generaciones será precario. La precariedad no está unida con una fase concreta de la vida, algo que se haya que aceptar al entrar en el mundo laboral pero que con el tiempo se irá solucionando. Esta perspectiva de futuro perjudica especialmente a las y los jóvenes, ya que el no ver oportunidad de cambio las aleja de la lucha a favor de tal cambio.
10. Es sabido que todas las trabajadoras y trabajadores no tenemos las mismas opciones para luchar. La precariedad nos golpea a todas y todos, pero la situación no es la misma en todos los casos. Ante las estrategias que tienen como objetivo anular la capacidad de lucha mediante la fragmentación de la clase trabajadora, la apuesta por la lucha es un llamamiento que tenemos que hacer a todas las trabajadoras y trabajadores. Pero, sobre todo, debemos subrayar el compromiso y la responsabilidad de quienes que están en mejor situación para luchar a causa de su estabilidad y mejores condiciones laborales.

7. Negociación colectiva.
1. La lucha para disminuir la precariedad mediante la redistribución de la riqueza será nuestra prioridad en las empresas y en los sectores. La negociación colectiva debe darnos oportunidad para materializar en medidas concretas los espacios que tenemos que recuperar mediante la lucha.
2. Debemos fijar nuestra estrategia comprendiendo el sentido que tiene la negociación colectiva en su globalidad. Debemos actuar entendiendo que, más allá de la negociación de los convenios existentes, la negociación colectiva nos da oportunidad a las trabajadoras y trabajadores de aparecer colectivamente ante el empresariado y que es un instrumento con el que contamos para hacer frente a la desregularización de las relaciones laborales.
3. Las administraciones actuales no protegen mediante las leyes a la clase trabajadora y la negociación colectiva ha sustituido esa dejadez, realizando actualmente la función de proteger a la clase trabajadora. Los convenios, en vez de servir para avanzar, cumplen la función de muro de contención para no retroceder más; esta situación refuerza la visión de que es mejor tener un mal convenio que no tener ninguno.
4. Teniendo en cuenta cuál es la correlación de fuerzas, ese muro es cada vez más débil, ya que la necesidad de éste está siendo en perjuicio de los contenidos. Pero, sobre todo, se está reduciendo la forma de analizar y llevar a cabo la negociación colectiva por parte de los sindicatos. Reducimos la negociación a los convenios existentes y a duras penas conseguimos los objetivos que nos marcamos, extendiéndose la resignación y las posiciones defensivas.
5. Está claro que la unión entre la acción sindical y la negociación colectiva es total. La acción sindical permite llegar a las negociaciones con una postura ofensiva y, al mismo tiempo, la estrategia de negociación colectiva alimenta la misma acción sindical. Las trabajadoras y trabajadores luchan para avanzar, y ver que mediante la negociación se pueden conseguir reivindicaciones alimenta la lucha misma.

7.1. La negociación colectiva como instrumento de lucha.
1. Si queremos condicionar la postura de la patronal tanto pública como privada, que cuenta con la complicidad de la administración y con unas leyes hechas a su medida, si queremos una redistribución de la riqueza equilibrada y la mejora de las condiciones laborales, si queremos, al fin y al cabo, hacer frente a los intereses del capital, debemos activar la fuerza para el cambio que reside en las trabajadoras y trabajadores. Para ello una de las señas de identidad de SOA debe ser el posibilitar la participación de las y los trabajadores en todo el proceso de negociación colectiva en empresas y sectores.
2. No van a regalarnos nada, si la clase trabajadora no nos revelamos ante esta situación, la precarización constante que se está produciendo en el mundo laboral y en la sociedad no tendrá fin y se acrecentará. Estando así las cosas, debemos seguir dando pasos para situar en el centro de nuestra acción sindical diaria la lucha contra la precariedad.
3. Para lograr que la negociación colectiva sea un instrumento eficaz en la disputa del poder en las relaciones laborales, tenemos que fortalecer la confrontación; si no, la negociación colectiva no será más que una gestión que no ofrece más opción que aceptar las reglas de juego que establece la patronal para imponer su modelo de relaciones laborales.
4. Tenemos que desarrollar un modelo sindical que haga frente a la postura ofensiva que tiene la patronal. Si no tenemos bien interiorizada esta premisa, el día a día nos fagocita, nos lleva a que, antes de darnos cuenta, la misma firma del convenio se convierta en el objetivo, aunque no se hayan dado pasos en los salarios, en la lucha contra la precariedad, en salud laboral, en igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres...
5. En esa disputa que se produce entre las y los trabajadores y el empresariado, no alejamos de ese modelo ritualista ineficaz en negociación colectiva es muy pernicioso para un sindicato sociopolítico y de clase como es SOA, a esto ya se dedican otros sindicatos.

7.2. La referencia del ámbito de negociación intersectorial.
1. Uno de los ejes de nuestra acción intersectorial será nuestra propuesta por el empleo. El objetivo de esta propuesta es reforzar la lucha a favor de un empleo de calidad tanto en contenidos como en dinámicas. Esta lucha tiene que ser también nuestra referencia para la negociación colectiva.
2. Como se hizo en los años 1997-1999 con el tema de las 35 horas y el salario social, debemos poner en marcha toda una estrategia integral contra la precariedad y a favor de un empleo de calidad. Tiene que ser una propuesta para impulsar la necesidad de la lucha en el sindicalismo, para poder iniciar una lucha real a favor del empleo.
3. Debe ser un instrumento de solidaridad entre las trabajadoras y trabajadores. Dicha propuesta tiene que ir obligatoriamente más allá de los centros de trabajo para reconstruir y reforzar el sujeto de clase e integrar nuevas realidades.
4. Con la acción sindical a favor del empleo debemos fortalecer tanto nuestras reivindicaciones como a las trabajadoras y trabajadores, debe tener como consecuencia aparecer en las negociaciones ante la patronal con otras fuerzas y con una posición más firme.
5. Debemos activar a las trabajadoras y trabajadores de todos los sectores en la lucha por un empleo de calidad, afianzando la referencia que cree opciones para poder negociar medidas eficaces. Debemos reivindicar un espacio de negociación intersectorial y, por medio de la acción sindical, romper con la comodidad actual de la patronal.

7.3. Ámbitos de negociación y vigencia.
1. SOA apuesta por una negociación colectiva que vertebre los ámbitos intersectorial, sectorial y de empresa. El intersectorial debe dinamizar y alimentar los demás ámbitos de acción sindical y negociación colectiva.
2. Igualmente los convenios sectoriales y los convenios o pactos de empresa deberían ser complementarios, el ámbito de empresa no es un ámbito de negociación que reemplace al sectorial, pero tampoco el sectorial reemplaza la dinámica y las reivindicaciones que hay que llevar a cabo en las empresas. Pero la patronal, a la hora de negociar los convenios provinciales y con el fin de desactivar las luchas, hace ofertas en las distintas empresas para dejar fuera de la lucha a las mayores empresas del sector. El sindicato tiene que tener en cuenta esta situación y tomar medidas para evitarlo.
3. La función de cada ámbito es diferente, al convenio sectorial corresponde establecer los derechos básicos y al convenio o pacto de empresa mejorar los anteriores; sobre todo los contenidos concernientes a la lucha contra la precariedad y la calidad del empleo. Nuestra prioridad tiene que ser fortalecer los convenios sectoriales y para ello es necesario impulsar la solidaridad entre las y los trabajadores. En las negociaciones de empresa nuestra prioridad es la lucha contra la precariedad. Pero a la hora de proponer medida tenemos que tener en cuenta la realidad socioeconómica de cada lugar y empresa y plantear unos objetivos concretos según la correlación de fuerzas.
4. En el debate sobre estos ámbitos también tenemos que analizar la proliferación de convenios que está aumentando la desestructuración de la negociación colectiva. En diversos sectores se está produciendo una atomización de convenios sectoriales que están unidos a actividades económicas. Los servicios privados pueden ser el ejemplo más palpable, pero también en el espacio socio-comunitario la tendencia es la misma.
5. Que la negociación se disperse en pequeños convenios sectoriales provoca la dispersión de la fuerza y, además, muchas veces son divisiones producidas por las distintas correlaciones de fuerzas que se dan en el sector. Ante esta tendencia tenemos que fijar nuestra postura, para no dividir aún más los colectivos que situamos en la misma actividad productiva y que tienen problemas parecidos. Hay que tener en cuenta que últimamente la patronal también presenta sus propias plataformas.
6. Hoy en día todavía son muchos las trabajadoras y trabajadores que están bajo un convenio estatal. Debemos seguir reivindicando traer esos convenios a nuestro ámbito, ya que empeoran las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores y son contrarios a la construcción del Marco Aragonés de Relaciones Laborales. Mientras esto no suceda, reivindicaremos nuestro derecho a estar en esas mesas de negociación a nivel estatal, pero participaremos o no en las mismas según el interés que tenga para nuestro proyecto sindical.
7. En cualquier caso, de tomar parte en la negociación de un convenio de empresa o sectorial, para que no resulte contradictorio con la reivindicación de nuestro derecho de negociar aquí, lo utilizaremos para reclamar que la negociación se traiga al ámbito aragonés. Rehusaremos la firma del convenio, ya que refuerza el ámbito estatal y cae en una contradicción con nuestra línea y porque, además, a causa de la correlación de fuerzas, nuestra firma nunca será decisiva en esos casos.
8. Hay otra realidad que tenemos que tomar en cuenta, cuando son empresas de Aragón y tienen centros de trabajo a nivel estatal. Cuando el ámbito de decisión se encuentra aquí, no dejamos de lado poder negociar en esos ámbitos y llegar a acuerdos.
9. Podemos encontrarnos en ámbitos que crean las multinacionales más allá de un Estado concreto, aunque siempre tendremos que estar en esos ámbitos con una visión de solidaridad y de lucha, pero no para debilitar la dinámica sindical que pueda llevarse a cabo en cada empresa.
10. Al analizar los ámbitos de negociación también hay que tener en cuenta cómo, a consecuencia de la división que se da en el sistema de producción, la empresa originaria puede condicionar la acción sindical o la negociación colectiva de la empresa descentralizada.
11. Vigencia: éste es un tema que tiene una especial importancia. Para la patronal se ha convertido en objetivo lograr convenios de larga duración y debemos mostrar nuestra posición contraria a ello. El sindicato no debe negociar vigencia en contraprestación a otros aspectos reivindicativos. No favorece más que a las y los empresarios, ya que les garantiza la paz social y, mientras ese convenio está en vigor, tienen suficientes instrumentos para ir debilitando las mejoras que se recogen en él. Los sindicatos, por el contrario, una vez firmado el acuerdo, estamos atados de manos si queremos cambiar algún punto que hayamos acordado.

7.4. Bases de la negociación.
1. Los contenidos que perseguiremos mediante la acción sindical serán también los que tenemos que pelear y reivindicar en la negociación colectiva. Una vez analizada la realidad de cada empresa y sector debemos definir cuáles son las medidas concretas para cada negociación.
2. Este ejercicio debemos hacerlo con una postura ofensiva, pero es más importante aún que esa postura inicial la mantengamos también después, durante el proceso de negociación. La plataforma que presentamos fija nuestras reivindicaciones ante la patronal, pero nuestra postura es la que manifestamos en la negociación, por tanto, ahí debemos mostrar nuestra fuerza. Hay que tener en cuenta que últimamente la patronal también presenta sus propias plataformas.
3. Sabiendo que la negociación es un ámbito de lucha, son imprescindibles la capacidad y la fuerza de las trabajadoras y trabajadores para luchar por la defensa de los contenidos, y para conseguir el mayor fruto posible debemos compaginar el análisis realizado y la estrategia de negociación y compartirla con la sección sindical y las y los delegados.
4. En este momento complicado de la lucha de clases tiene especial importancia actuar habiendo definido con anterioridad los objetivos y los contenidos principales de cada negociación.
5. Desde su comienzo, el proceso de negociación tiene que tener unas bases sólidas. Además, es importante tener claro cual es nuestro objetivo; ya que de lo contrario podemos llegar al final de la negociación sin tener criterios suficientes y encontrarnos en la tesitura de tener que tomar una decisión según la situación del momento.

8. Acción sindical en la sociedad.
1. Nuestro principal ámbito de trabajo de acción sindical son las empresas. Dicho esto, en la medida en que somos un sindicato de sociopolítico y si queremos ser un verdadero sindicato de contrapoder, junto con la acción sindical que llevamos a cabo en el mundo laboral para mejorar las condiciones de trabajo, debemos ser un agente activo por el cambio social.
2. Debemos ensamblar la acción sindical en el mundo laboral con la lucha que debemos realizar para poner en tela de juicio el actual modelo social y reivindicar otro distinto. Entre otros, actuando en los siguientes ámbitos: a favor del derecho a una vivienda, por una política fiscal más justa, servicios públicos adecuados, el derecho a cuidados y a no ser cuidadoras, para que se garanticen prestaciones sociales básicas y que nadie viva por debajo del umbral de la pobreza, a favor de la normalización lingüística, etc.
3. La acción sindical a realizar en el mundo laboral y la sociedad deben retroalimentarse y complementarse. En la lucha contra la precariedad laboral debemos valernos de la movilización social.
4.  Para esto, será necesario el trabajo junto con distintos movimientos populares (mujeres, juventud, movimiento ecologista, diversos agentes a favor de los derechos sociales...).



1. Instrumentos para reforzar nuestra Acción sindical.

1.1. Las y los miembros de SOA: una militancia para el cambio.
1.2. Creemos firmemente que el cambio es posible. Hay alternativa y de ese convencimiento nace la capacidad de la militancia de SOA para ser motores del cambio.
1.3. Sin embargo, no basta con creer que es posible y que el cambio está en nuestras manos. Tenemos que ser capaces de plasmar nuestras ideas, de materializar las propuestas y de desarrollarlas adecuadamente. Hay que trabajar por la alternativa, y sobre todo, ser eficaces en nuestro trabajo.
1.4. Sabemos que la clave está en la militancia y en el modelo sindical. Una militancia integral que tiene su origen en la naturaleza sociopolítica de un sindicato que trabaja con el objetivo de conseguir un sistema político y social sustentado en los derechos de las trabajadoras y los trabajadores. Y un modelo sindical de confrontación y ofensivo que sitúa en la lucha de clases la posibilidad de avanzar hacia esa alternativa.
1.5. Los datos de elecciones sindicales y de afiliación demuestran que nuestra referencialidad cada vez es mayor; cada vez son más las y los trabajadores que apuestan por el modelo sindical de SOA. Con nuestra intervención, crecemos y sumamos; por tanto, es imprescindible reconocer la labor tanto colectiva como individual de la militancia.
1.6. Abordamos el Congreso en un contexto complicado, en plena ofensiva neoliberal desde las instituciones, con una correlación de fuerzas muy favorable para la patronal y con dificultades para avanzar en nuestras posiciones de clase. Pero tenemos la experiencia de fases anteriores, muy desfavorables para la clase trabajadora, en las que hemos sido capaces de reactivar el sindicalismo en clave ofensiva.
1.7. No hay otra receta mágica que hacer frente a las trampas que el sistema crea para que desistamos y reiterar nuestra apuesta de ser motor de cambio. SOA debe seguir siendo vanguardia de un sindicalismo que debe seguir rearmándose ideológicamente, sumando fuerzas, con capacidad de respuesta y movilización.
1.8. La comunicación directa con las trabajadoras y trabajadores, la intervención diaria tanto en los centros de trabajo como en la sociedad y la coherencia en nuestra actuación son señas de identidad de nuestro modelo sindical. Modelo que tiene y tendrá su mayor activo en el compromiso de su militancia.
1.9. Fortalecer la organización es imprescindible.
1.10. La vieja estrategia del “divide y vencerás”, desarrollado por lo poderes, tiene un antídoto igual de antiguo: organízate y lucha. Organizarse tanto dentro como fuera de la empresa, impulsar la unidad de trabajadoras, trabajadores y fuerzas sociales.
1.11. La militancia de SOA está organizada básicamente en los centros de trabajo. El mundo laboral es nuestro espacio propio y principal ámbito de actuación. Los centros de trabajo son el primer peldaño para ganar espacios de intervención y donde establecemos las bases para abordar iniciativas y discursos más generales. Pero también tenemos qué decir y qué hacer en los pueblos y ciudades de Aragón. Cambiar el estado de las cosas será fruto de mucho trabajo, trabajo que debemos desarrollar en empresas, espacio laboral y sociedad en general.
1.12. La importancia de extender la militancia es evidente. Si el sindicato crece en elecciones sindicales y en afiliación, crece nuestra capacidad de actuar y se multiplican las posibilidades de llegar a más espacios. Esto no es una labor exclusiva de organización, es responsabilidad de todas y de todos.
1.13. SOA es un agente para el cambio, ésa es nuestra seña de identidad; nuestro mayor reto apunta a ser capaces de organizar la fuerza que sabemos tiene la clase trabajadora, ser capaces de atraer a las trabajadoras y trabajadores a la lucha por el cambio. Ésa es la vocación con la que debemos abordar nuestro trabajo interno y nuestra intervención sindical.
1.14. Organizar a las trabajadoras y los trabajadores.
1.15. Queremos recalcar la importancia de llevar nuestro discurso y praxis a los centros de trabajo. La lucha ideológica y la acción sindical son instrumentos básicos para que las y los trabajadores se acerquen al sindicato. Su necesidad de organizarse será consecuencia de identificarse con lo que hacemos; mejorando nuestra intervención aumentamos nuestra capacidad de organización.
1.16. En la medida en que el sindicato es un instrumento para organizar a las trabajadoras y trabajadores, es imprescindible analizar bien la situación del sujeto de clase para hacer una oferta organizativa adecuada. El debate sobre cómo organizarnos, sobre qué instrumentos organizativos necesitamos debe ser una constante, si queremos responder a las nuevas realidades que surgen en el mundo laboral y a las especificidades que existen dentro de la clase trabajadora. Debemos dar respuesta a las dificultades que tienen las mujeres para ser sujetos de lucha, hacer propuestas concretas ante situaciones de discriminación de colectivos concretos, prestar atención a la necesidad de integrar a las nuevas generaciones en el sindicalismo… debemos asumir las realidades y necesidades específicas de las y los trabajadores para que todas y todos podamos ser sujetos activos en la lucha por el cambio social y, en base a ello, desarrollar nuestro modelo organizativo.
1.17. Otra de nuestras características ha sido y será la acumulación de fuerzas en los pueblos y ciudades. En primer lugar, porque entendemos que la participación social de la militancia se desarrolla en el mercado laboral, pero también en la sociedad. Y en segundo lugar, porque pensamos que SOA debe ser un instrumento válido para impulsar las reivindicaciones de los movimientos y agentes sociales. Es también responsabilidad del sindicato aportar en la organización y acumulación de fuerzas de los sectores populares que apuestan por otro modelo de sociedad.
1.18. El modelo organizativo debe estar al servicio de las trabajadoras y trabajadores, es la clave para abordar nuestra función de ser instrumento organizativo. Necesitamos una organización fuerte, ágil y participativa que deje de lado el delegacionismo e impulse la capacidad de iniciativa de la militancia y la afiliación. Información y formación son dos instrumentos que el sindicato debe ofrecer correctamente para mejorar la capacidad de aportación de todos y todas.
1.19. Organizar nuestro trabajo.
1.20. Organizar bien nuestro trabajo es tan importante como organizarnos nosotras y nosotros. Debemos ordenar nuestra labor si queremos ser eficaces; ésta es una tarea organizativa más, que nos obliga a prestar especial atención y mejorar nuestros métodos de trabajo.
1.21. Planificar y trabajar en función de las planificaciones, ésa es la clave. Las estrategias y planificaciones nacionales deben dar paso a planificaciones sectoriales y comarcales; son complementarias y se deben retroalimentar entre ellas para así trabajar más ordenadamente.
1.22. Una acción sindical ofensiva, que no está a la espera de los problemas.