Razones
para una Vada.
Hay
dos grandes bloques que empujan en dirección de la vada cheneral.
Uno es coyuntural y sobradamente conocido. Al amparo de una nueva
crisis mundial, y valiéndose de los frutos de sus esfuerzos en
desideologizar al pueblo trabajador, el enemigo muestra sus cartas de
manera abierta. La democracia de mercado no duda en ejercer la
violencia necesaria sobre las clases populares a fin de perpetuar los
privilegios de la verdadera poseedora del poder.
Los
partidos, sindicatos y demás aparatos burgueses se afanan en
satisfacer cada una de las apetencias de la oligarquía, pasando la
cuenta a las trabajadoras. En esa cuenta llevamos ya dos reformas
laborales brutales, una modificación a escondidas de su santa
constitución española, 70,000 millones de euros para los bancos,
dos subidas del IVA, más de 130,000 aragoneses en paro y 5
presupuestos generales de excepción.
Las
condiciones de vida del pueblo trabajador aragonés empeoran a cada
nuevo ataque. La inestabilidad laboral, la dimensión de la presión
sufrida desde la patronal para endurecer la explotación, la
arbitrariedad de los despidos o la falta de indemnización en los
mismos son solo parte del problema. A él debemos sumarle el resto de
políticas liberales con las que el gobierno Rudi-Biel ríe las
gracias a Rajoy y a la troika.
Sabemos
que es la clase obrera europea en pleno quien está en lucha. Y
sabemos que, de momento, lo hace en respuesta a la ofensiva burguesa
que sufrimos también aquí. Lo novedoso de esta huelga se fundamenta
en que las voces de las trabajadoras de toda Europa se van a hacer
oír convergiendo en tiempo y exigencias.
La
respuesta contundente y organizada de las movilizaciones debe ir
orientada a detener la ofensiva capitalista. La derogación de todas
las medidas antisociales y el restablecimiento de lo recortado son
pues las urgentes prioridades que el pueblo trabajador aragonés debe
conseguir a corto plazo. Pero no es ese el horizonte que vamos a
dibujar para la lucha. Y es ahí donde entra en juego el segundo
bloque que nos empuja a la confrontación clasista.
Tenemos
claro que las crisis, como la que vivimos, son intrínsecas al
sistema. El capitalismo grita en su agonía que su tiempo expiró.
Definitivamente superado mediante las tecnologías de la producción
y la comunicación, demuestra en su caída lo pobre de su esencia. No
solo es radicalmente injusto, su eficiencia se haya enterrada desde
hace décadas. Ni siquiera es ya capaz de mantener un espejismo de
bienestar en su propio feudo.
El
hecho diferencial que distingue al pueblo trabajador aragonés es la
política de neo-colonización que padece nuestro país. Al ser una
colonización modernizada, adopta nuevas herramientas. Entre ellas
encontramos la destrucción de la cultura autóctona, o la calculada
baja autoestima, fomentada por el poder español. Pero, en terreno
tangible, tampoco tienen remilgos. La rentable destrucción del medio
materializada en pantanos, centrales energéticas, pistas de esquí o
agricultura y ganadería convencionales ni tan siquiera es
reconocida.
Todas
estas agresiones tienen un claro objetivo: expoliar Aragón y a su
pueblo, llevando el dinero resultante a los culpables de esos
desmanes, bien cobijados en sus mansiones madrileñas, londinenses o
neoyorkinas. Cuando hablamos de colonización, lo hacemos de esto. De
robar riquezas naturales, además de fuerza de trabajo, para llenar
las arcas de la burguesía, tanto extranjera, como vicaria de ésta.
El
ejemplo sangrante lo tenemos en la política hídrica española.
Mientras dona generosas porciones del erario público a las grandes
constructoras, destierra a las gentes de sus pueblos, las agrede y
criminaliza. Las salvajadas, como la ya perpetrada de Chánovas, o el
proyecto para Artieda ni siquiera son capaces de reducir las
consecuencias de las riadas pasadas.
Nuestra
posición es que el pueblo trabajador aragonés solo podrá ver
cubiertas todas sus necesidades mediante la emancipación política,
económica y nacional. El horizonte que queremos dibujar se revela
como un Aragón soberano y socialista, antipatriarcal, respetuoso con
el medio, democrático y solidario. Entendemos que solo en ese marco
se darán las condiciones que posibiliten la justicia.
Pero
no caben los voluntarismos, conocemos el sentir de la calle, pues
calle somos. Dibujar ese horizonte es una tarea larga, compleja y
plena de golpes. Solo mediante la acumulación de fuerzas en torno a
una nueva hegemonía sindical, política y cultural, fundamentada en
la independencia y el socialismo, será posible llegar a él. Junto
con la reivindicación del marco aragonés de relaciones laborales,
esa también debe ser nuestra apuesta para esta vada cheneral. La
respuesta al segundo bloque de razones para la vada.
A
luita ye l´unico camín
"Instrúyanse,
porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia.
Agítense,
porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo
Organícense,
porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza”