domingo, 4 de mayo de 2014

CARTA ABIERTA, CON VOLUNTAD DE ESCRACHE, A FERNANDO GIMENO, VICEALCALDE DEL AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA

Por petición de uno de nuestros militantes, recogemos una carta abierta dirigida a Fernando Gimeno, vicealcalde del Ayuntamiento de Zaragoza, publicada en Arainfo, Achencia de Noticias d'Aragón.


"Antes de nada y para que no puedas escudarte en mi anonimato, me presentaré: me llamo Rogelio A. Calavia Ruiz, y mi DNI es 17850877 W. Políticamente me considero militante comunista e independentista aragonés, y en mis aspiraciones son prioritarias la de ser y comportarme, admitiendo todos los errores e incoherencias debidas, como una persona de bien.
Tú y yo nos conocemos desde hace muchísimo tiempo. Demasiado desde el punto de vista de nuestra edad actual. Militabas en la ORT, sino recuerdo mal eras el secretario general de esa organización en Aragón, mientras que yo militaba en el PTE, en la organización de Euskal Herria.
Eran los tiempos inmediatos a la llamada Transición, y la unificación que entre las dos organizaciones se realizó para intentar llegar al parlamento, hizo que coincidiésemos en los órganos superiores de ambos partidos. Los dos éramos ‘jefes’. Pero en fin, este es un tema que no es central en estos momentos. Sirva únicamente para enmarcar los tiempos.
La disolución de ambas organizaciones, en los comienzos de la década de los 80’s, marcó no sólo la distancia física, sino muy especialmente la distancia y diferenciación ideológica entre ambos. Enseguida, Fernando Gimeno, supiste colocarte en las filas de los triunfadores. Rápidamente entraste en las filas de los ‘colocados’ en cargos institucionales y empezaste a realizar trabajos de ‘fontanero’ para que se tapasen distintos escándalos económicos de tus nuevos jefes. ¿Te acuerdas de la liquidación de Merco, Fernando?
Lo de menos era que las filas en las que te apuntaste se correspondiesen con los de los firmantes de los ‘Pactos de la Moncloa’; los de la reinstauración de la Monarquía; los que de aquel ‘De Entrada No’, se pasaron, contigo como fidelísimo agente, a los de la entrada en la OTAN. Las filas, Fernando Gimeno, de los asesinatos de Estado, el GAL, los de la corrupción más desaforada; en fin Fernando Gimeno, las filas de los muñidores del sistema más injusto e indigno que es el capitalismo.
Sin embargo, tu ‘momento de gloria’ que, al parecer, aún te dura, lo conseguiste con el regreso a lo que, los que pensáis en español, definís como ‘la patria chica’, y más en concreto, desde que en dueto siniestro con el biministro accediste al Ayuntamiento de Zaragoza, como vicealcalde.
Considero de justicia reconocerte que así como has cambiado de ubicación, no te has movido ni un ápice en cuanto a quienes son tus amos, ni a la eficiencia en cuanto al trabajo que desarrollas, siempre alrededor de cuentas poco claras y a la búsqueda de justificaciones a actuaciones económicas -en su sentido más amplio- enmarañadas o difícilmente justificables sino es a través del oscurantismo y el tapujo.
El Primero de Mayo hubo un escrache delante de tu casa. Quiero decirte que me siento totalmente solidario con las personas que allí estuvieron. Tú mejor que nadie sabes, estoy seguro, la dignidad de los y las que estaban a las puertas de tu casa. Tú mejor que nadie sabes, que será legal, pero no es legítimo que se privaticen servicios públicos y que a costa de los y las ciudadanas una institución y sus integrantes, aunque sean vicealcaldes, consientan que la injusticia se enseñoree con el único beneficio que el económico para unos pocos, y la miseria para los más.
No quiero alargarme más. No me resisto, sin embargo, a contarte algo que me decía mi abuela, siendo yo muy crio: “mira zagal, me decía, un tonto te puede gastar una mala pasada, una putada; pero cuando te encuentres a un hijo de puta (1), ése, seguro que es listo”. Fernando Gimeno, como bien sabes y sino te lo digo, si algo no te he considerado nunca es tonto.
(1) lamento y pido excusas por el machismo e irrespeto de la expresión ahí dada. He pensado cambiarla, pero por ser totalmente veraz a lo que me decía mi abuela, la he mantenido."

(SOA-STA no se hace responsable de las opiniones personales vertidas en esta carta)

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