SOA
en estos últimos años hemos venido creciendo de manera sostenida y
sostenible, china chana, en el Sector de Distribución y Grandes
Almacenes. Para ellos nos hemos diferenciado del
sindicalismo amarillo y de los “vende humos” herederos de otras
organizaciones de ámbito estatal.
A
lo largo de todo este tiempo hemos comprobado entre nuestra
militancia y por boca de nuestra representación en los Comités de
Empresa y en las Collas Sendicals que las condiciones de trabajo
del sector se encuentran en niveles de precarización que rozan lo
inhumano.
La
liberalización de los periodos de rebajas solo beneficia a
las cadenas y grandes superficies, perjudicando gravemente al
pequeño y mediano comercio que al no poder competir con las
políticas de precios y ofertas permanentes de las grandes
distribuidoras traslada el mantenimiento de sus margenes en la
sobreexplotación de sus pequeñas plantillas de empleados.
La
ampliación del horario comercial y del número de festivos anuales
en los que se da opción de apertura resulta perjudicial
para los trabajadores y trabajadoras tanto de los Pequeños
y medianos comercios como de las Grandes Superficies. La
flexibilización del horario comercial acarrea que las
condiciones laborales se vean aún más precarizadas y la
conciliación familiar se hace imposible.
En la práctica, tanto las grandes cadenas como el pequeño
comercio, lejos de recurrir a nueva contratación, aumentan la
carga de trabajo de las actuales trabajadoras, obligándolas a
trabajar más en la misma jornada o a recurrir a las horas extra. Por
lo tanto, con estas medidas es más el empleo que se destruye que el
que se crea.
Desde
SOA vemos con absoluta preocupación el contenido de los
Convenios Colectivos que regulan las Empresas del Sector. Tanto el
Convenio de Grandes Superficies de ambito Estatal, como el Convenio
Provincial de Comercio del Metal de Zaragoza suponen una
absoluta aberración tanto para la clase trabajadora aragonesa como
para los sindicatos firmantes de los mismos.
Nos
quieren llevar hacía un modelo de consumismo y precarización que
solo responde a las exigencias de una minoría que son los dueños
de las grandes cadenas comerciales, por lo que exigimos a toda la
sociedad y en especial a los y las comerciantes que actúen con
responsabilidad y apuesten decididamente por el modelo de
no apertura en domingos ni festivos.
Por
último, exigimos a las instituciones que apuesten firmemente
por un modelo de comercio que cierre los domingos y festivos y
que no haga el doble juego de “regular” y “ampliar” horarios
de apertura como sucede en el caso de las Zonas de Gran Afluencia
Turística establecidas por el Ayuntamiento de Zaragoza.
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