1 De Mayo:
Por la mejora de los servicios públicos.
Por la distribución de la riqueza. Por la defensa de Aragón.
Nuevamente conmemoramos el día de la clase trabajadora, el día que mujeres y hombres recuerdan a millares de compañeros y compañeras que en todo el mundo han sido y son perseguidos, encarcelados y asesinados por defender los derechos laborales, la justicia, la solidaridad y la eliminación de la esclavitud asalariada.
Es una jornada de conmemoración, pero también de reivindicación y lucha, porque la brecha que separa a quienes poseen los medios de producción y el poder financiero de quienes no tenemos otra fuerza que la de nuestro trabajo es cada día mayor.
La distribución de la riqueza a nivel mundial es cada día más injusta. La lucha de los poderosos para acaparar recursos en detrimento de las sociedades más pobres es cada día más feroz. Los derechos humanos se conculcan cada día con menos escrúpulos y los conflictos armados, hoy como ayer, sirven para consolidar posiciones de poder mientras las mujeres y los hombres del pueblo sufren sus consecuencias.
La prevalencia de poderes económicos globales sobre los derechos democráticos es cada día mayor, habiéndose consolidado un capitalismo internacional, que permite la libre circulación de capitales, pero que restringe a las personas su movilidad, creando una suerte de orden mundial en el que las trabajadoras y los trabajadores competimos por un mercado de trabajo restringido y dirigido por un poder económico difícil de identificar y que a menudo utiliza los gobiernos como instrumentos de dominación y represión.
Es en este contexto en el que vivimos y en el que hemos de entender que nuestra lucha que, aún siendo local forma parte de un proceso de liberación que comenzó hace mucho tiempo, que hemos de alimentar y extender para que golpe a golpe y verso a verso podamos hacer el camino de ese otro mundo posible. Esta realidad también se manifiesta en nuestro entorno, la supuesta bondad de las cifras macroeconómicas no puede ocultar la carestía que agobia cada día a millones de trabajadoras y trabajadores.
Mientras, con oscurantismo, nos quieren vender el llamado Gran Scala, como la continuación del progreso en Aragón, tras la EXPO, para ocultar los últimos y recientes expedientes de regulación de empleo en Aragón: Siemens 311 despidos, Oscar Mayer 150, Mildred 410, ACE 299, Delphi 250, la amenaza de despidos en G. Motors, regulación de empleo en Hispano …
Al tiempo, los sindicatos mal llamados mayoritarios, a nivel del Estado Español, firman moderación salarial para que las empresas sigan lucrándose del esfuerzo de la clase trabajadora, siguen potenciando el Pacto de Toledo, reduciendo las prestaciones sanitarias y de jubilación para los trabajadores y trabajadoras.
Hoy más que nunca, elevamos nuestra voz ante la clase política aragonesa para que se inicie ya un proceso legislativo que haga posible tener en nuestra nación, un Marco Aragonés de Relaciones Laborales Propio que haga posible tener independencia laboral y Social con respecto al Estado español.
La privatización y el desmantelamiento del sector público en beneficio de intereses privados ha dejado a la ciudadanía indefensa ante operaciones especulativas que pueden poner en peligro servicios tan básicos como el abastecimiento de energía o la red de transportes. La deriva privatizadora amenaza seriamente a la Educación y la Sanidad. Nos acercamos a un modelo social en que la pobreza conduce a la exclusión, y en la que sólo se accede al servicio público si este proporciona “beneficios” y es “rentable y eficiente”, en términos capitalistas, claro está.
La generalización de prácticas especulativas como la subcontratación de empresas, la externalización de producción y servicios, la precariedad laboral, en su sentido más amplio, nos han conducido a la consolidación de un mercado laboral marcado por la inseguridad y la inestabilidad y en el que las mujeres, los jóvenes y las personas inmigrantes son los primeros damnificados. En este último caso además se les criminaliza.
Mientras el poder político esté al servicio de los que detentan el poder económico en una economía de mercado, la lucha por la creación de puestos de trabajo estables, saludables y bien retribuidos debe ser una de las bases de nuestra lucha reivindicativa, aún a sabiendas de que los poderes económicos globales, como dijimos más arriba, limitan hoy, más que nunca antes en la historia del capitalismo, la capacidad de maniobra de los gobiernos.
Cada día que pasa se pone más de manifiesto que nuestro principal objetivo tiene que ser el de acrecentar nuestras propias fuerzas. De gobiernos y empresarios solo podemos esperar más de lo mismo. Hasta los grandes sindicatos a nivel Estatal (UGT, CCOO y USO) y los colaboracionistas a nivel nacional (OSTA) han claudicado ante los poderosos, que les han otorgado el papel de “representantes de todos los trabajadores” para firmar acuerdos con ellos que solo sirven para colocar lo que llaman “mercado de trabajo” al servicio de su insaciable codicia.
El 1º de Mayo queremos recordar especialmente a las mujeres asesinadas por la violencia machista, fruto no lo olvidemos de una estructura social injusta, que castiga la rebeldía, el afán de liberación y la voluntad transformadora.
El 1º de Mayo es una conmemoración, es un día de lucha y es un día de fiesta solidaria de las trabajadoras y los trabajadores, que nos unimos, nos reconocemos como clase y luchamos juntos por establecer un orden social más justo, más solidario y más libre.
Entalto lo 1º de Mayo!! Entalto a Luita Obrera Aragonesa!!
Por la distribución de la riqueza. Por la defensa de Aragón.
Nuevamente conmemoramos el día de la clase trabajadora, el día que mujeres y hombres recuerdan a millares de compañeros y compañeras que en todo el mundo han sido y son perseguidos, encarcelados y asesinados por defender los derechos laborales, la justicia, la solidaridad y la eliminación de la esclavitud asalariada.
Es una jornada de conmemoración, pero también de reivindicación y lucha, porque la brecha que separa a quienes poseen los medios de producción y el poder financiero de quienes no tenemos otra fuerza que la de nuestro trabajo es cada día mayor.
La distribución de la riqueza a nivel mundial es cada día más injusta. La lucha de los poderosos para acaparar recursos en detrimento de las sociedades más pobres es cada día más feroz. Los derechos humanos se conculcan cada día con menos escrúpulos y los conflictos armados, hoy como ayer, sirven para consolidar posiciones de poder mientras las mujeres y los hombres del pueblo sufren sus consecuencias.
La prevalencia de poderes económicos globales sobre los derechos democráticos es cada día mayor, habiéndose consolidado un capitalismo internacional, que permite la libre circulación de capitales, pero que restringe a las personas su movilidad, creando una suerte de orden mundial en el que las trabajadoras y los trabajadores competimos por un mercado de trabajo restringido y dirigido por un poder económico difícil de identificar y que a menudo utiliza los gobiernos como instrumentos de dominación y represión.
Es en este contexto en el que vivimos y en el que hemos de entender que nuestra lucha que, aún siendo local forma parte de un proceso de liberación que comenzó hace mucho tiempo, que hemos de alimentar y extender para que golpe a golpe y verso a verso podamos hacer el camino de ese otro mundo posible. Esta realidad también se manifiesta en nuestro entorno, la supuesta bondad de las cifras macroeconómicas no puede ocultar la carestía que agobia cada día a millones de trabajadoras y trabajadores.
Mientras, con oscurantismo, nos quieren vender el llamado Gran Scala, como la continuación del progreso en Aragón, tras la EXPO, para ocultar los últimos y recientes expedientes de regulación de empleo en Aragón: Siemens 311 despidos, Oscar Mayer 150, Mildred 410, ACE 299, Delphi 250, la amenaza de despidos en G. Motors, regulación de empleo en Hispano …
Al tiempo, los sindicatos mal llamados mayoritarios, a nivel del Estado Español, firman moderación salarial para que las empresas sigan lucrándose del esfuerzo de la clase trabajadora, siguen potenciando el Pacto de Toledo, reduciendo las prestaciones sanitarias y de jubilación para los trabajadores y trabajadoras.
Hoy más que nunca, elevamos nuestra voz ante la clase política aragonesa para que se inicie ya un proceso legislativo que haga posible tener en nuestra nación, un Marco Aragonés de Relaciones Laborales Propio que haga posible tener independencia laboral y Social con respecto al Estado español.
La privatización y el desmantelamiento del sector público en beneficio de intereses privados ha dejado a la ciudadanía indefensa ante operaciones especulativas que pueden poner en peligro servicios tan básicos como el abastecimiento de energía o la red de transportes. La deriva privatizadora amenaza seriamente a la Educación y la Sanidad. Nos acercamos a un modelo social en que la pobreza conduce a la exclusión, y en la que sólo se accede al servicio público si este proporciona “beneficios” y es “rentable y eficiente”, en términos capitalistas, claro está.
La generalización de prácticas especulativas como la subcontratación de empresas, la externalización de producción y servicios, la precariedad laboral, en su sentido más amplio, nos han conducido a la consolidación de un mercado laboral marcado por la inseguridad y la inestabilidad y en el que las mujeres, los jóvenes y las personas inmigrantes son los primeros damnificados. En este último caso además se les criminaliza.
Mientras el poder político esté al servicio de los que detentan el poder económico en una economía de mercado, la lucha por la creación de puestos de trabajo estables, saludables y bien retribuidos debe ser una de las bases de nuestra lucha reivindicativa, aún a sabiendas de que los poderes económicos globales, como dijimos más arriba, limitan hoy, más que nunca antes en la historia del capitalismo, la capacidad de maniobra de los gobiernos.
Cada día que pasa se pone más de manifiesto que nuestro principal objetivo tiene que ser el de acrecentar nuestras propias fuerzas. De gobiernos y empresarios solo podemos esperar más de lo mismo. Hasta los grandes sindicatos a nivel Estatal (UGT, CCOO y USO) y los colaboracionistas a nivel nacional (OSTA) han claudicado ante los poderosos, que les han otorgado el papel de “representantes de todos los trabajadores” para firmar acuerdos con ellos que solo sirven para colocar lo que llaman “mercado de trabajo” al servicio de su insaciable codicia.
El 1º de Mayo queremos recordar especialmente a las mujeres asesinadas por la violencia machista, fruto no lo olvidemos de una estructura social injusta, que castiga la rebeldía, el afán de liberación y la voluntad transformadora.
El 1º de Mayo es una conmemoración, es un día de lucha y es un día de fiesta solidaria de las trabajadoras y los trabajadores, que nos unimos, nos reconocemos como clase y luchamos juntos por establecer un orden social más justo, más solidario y más libre.
Entalto lo 1º de Mayo!! Entalto a Luita Obrera Aragonesa!!
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