El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha cedido a la dictadura de los mercados y renunciando a su programa político y ha impuesto un Real Decreto contra toda la clase trabajadora, contra los pensionistas, contra las clases más populares, la sociedad en general y empleados públicos; medidas alabadas por la banca, la CEOE, UE y el FMI que son los únicos responsables y a la vez principales beneficiarios de esta crisis.
Este Real Decreto impone:
1) Congelación de las pensiones para el 2011.
2) Rebaja del salario de los empleados públicos un 5% de media para este año y la congelación para el año que viene.
3) Endurecimiento del periodo transitorio para la jubilación parcial: que supondrá la práctica desaparición de esta modalidad de jubilación.
4) Desaparición del cheque-bebé de 2.500 euros.
5) Eliminación de la retroactividad en las ayudas de atención a personas dependientes.
6) Se anuncian más recortes a Ayuntamientos y Comunidades Autónomas lo que significa más recortes a las prestaciones sociales.
A todas estas medidas hay que sumar les las anunciadas con anterioridad:
1) Ampliación de la edad de jubilación a los 67 años.
2) Subida del IVA en dos puntos, hasta el 18 %
3) Una Reforma Laboral regresiva que amenaza con la eliminación de más derechos y de la Negociación Colectiva.
Además no podemos olvidar que el Gobierno de Aragón permanece inmóvil y sumiso a los dictados de Madrid, perdiendo una ocasión única para demostrar que el autogobierno es un instrumento capaz de posibilitar el crecimiento económico y social.
Los sindicatos CC.OO. y UGT negocian con Gobierno y Patronal, a espalda de los trabajadores, las condiciones de todos. Hay que recordarles y exigir que en la situación actual de precariedad, de paro, de exclusión social, de desahucios, de xenofobia, de recortes salariales, de recortes en las pensiones, en las prestaciones sociales, de recortes directos que atentan contra los intereses de las clases más populares, que deben de negarse a firmar ninguna nueva Reforma Laboral, convocar la Huelga General y llamar a la movilización social para recuperar todo lo que han robado.
El 8 de junio debe suponer una jornada de contestación y lucha para defender los derechos sociales y laborales. Convirtamos el 8J en una jornada de lucha, participación, de asambleas en los centros de trabajo, encaminada a la convocatoria de una Huelga General.
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