20D’ABIENTO DE 2015:
Hace 426 años el
Justicia de Aragón, Chuan de Lanuza, era decapitado, por rebelarse contra la
autoridad del rey Felipe II. Ese acto de castigo simboliza la pérdida de los derechos
y libertades de Aragón como sujeto político. La represión fue gigantesca:
decapitaciones, destierros, expropiaciones. En 2015 nos siguen decapitando como
pueblo, pero de una forma más sutil.
En la actualidad, desde
el Sindicato Obrero Aragonés queremos hacer una reflexión sobre la situación
crítica que vive la clase trabajadora del país. Los ejes de nuestro sindicato
son claros: soberanía (derecho a decidir y gestionar nuestras vidas) y
empancipación social. Bajo estas dos luchas fundamentales, llevamos años
trabajando por un marco aragonés de relaciones laborales, desde la autonomía y
la radicalidad democrática. Los sindicatos reaccionarios sólo quieren seguir
con su práctica de pasteleo con la patronal e intercambio de
oportunidades entre ellos (el turnismo españolista).
La colonización que
sufre Aragón es visible a muchos niveles: el económico está claro (trasvase
constante de recursos energéticos), igual que el cultural (no reconocimiento de
nuestras lenguas propias) pero hay otras subordinaciones como la sindical que
suelen quedar alejadas de los focos de análisis de esta percepción. El
monopolio sindical de CC.OO y UGT reproduce a la perfección el sistema pactado
en los inicios de la Restauración Borbónica (Transición para otros), con PSOE y
PP; una herramienta para españolizar a las masas, y seguir perpetuando la
lógica capitalista, con sus pactos antisociales, sus acuerdos entre cúpulas y
su absoluta connivencia con la patronal. El descrédito del sindicalismo tiene
parte de explicación en esta conducta.
El movimiento obrero ha
quedado destrozado por el bien del capitalismo en sus formas blandas de
ejercer el poder (finanzas, consumismo y desregulación); una receta que lleva
aplicándose desde finales de los años setenta y que nos ha dejado el solar
actual: ni Estado del Bienestar ni alternativas fuertes al mismo. El Estado
español vive en una inercia de saqueo por culpa de la incompetencia política;
como siempre lo pagan los más vulnerables (tasas de desempleo disparadas,
personas sin ningún tipo de ingreso, bajada de los salarios, reformas laborales
individualizadas).
En el Día de los
Derechos del Pueblo Aragonés llamamos a la unidad a todas las organizaciones
que trabajan en este sentido. Somos una nación que pretende liberar a las
personas, y para ello es fundamental empoderar las estructuras oportunas que
eviten aquello de lo que el actual presidente aragonés, el señor Lambán, se
siente tan orgulloso: la funesta españolización.
No queremos más días tristes,
más años oscuros como los que llegaron tras aquella rebelión aragonesa de
finales del siglo XVI.
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