El Ingreso Mínimo Vital aprobado por el gobierno central lo valoramos insuficiente, ya que se queda lejos de lo que debería ser la Renta Básica Universal. Esa renta base individual de 461 euros sólo maquilla una situación que casi roza la “beneficencia”. Desde SOA exigimos la RBU como una herramienta imprescindible para erradicar la pobreza en Aragón. El IMV es una tirita “socialdemócrata” que sólo esconde las vergüenzas de la reforma laboral, los convenios a la baja, los ERTEs, etc.
Las medidas acordadas en la Estrategia Aragonesa para la Recuperación Social y Económica nos parecen más un “brindis al sol para salvar la cara al gobierno autonómico”. Una buena foto de los sindicatos-patronalizados con los políticos institucionalizados, ya que la mayoría de esas medidas quedan en el aire sin una adecuada financiación. En ellas, se menciona el acompañar o agilizar el Ingreso Mínimo Vital y el Ingreso Aragonés de Inserción, o incrementar las prestaciones vinculadas a dependencia. Desde SOA creemos que es una “tomadura de pelo más”, en la línea de lo que lleva haciendo Lambán en los últimos años.
En Aragón sobre un 18% de las personas vive en el umbral de la pobreza (son datos de 2019), un baremo que ha aumentado y aumentará. Y no se trata sólo de nivel de renta, aquí incluimos una intensidad de empleo muy baja (temporal), acceso a formación precarizado, carencia severa de determinados bienes y servicios… De igual forma, la brecha de género se ha agrandado ya con la crisis del COVID-19, igual que la situación de muchas personas migrantes. El escenario no está para ser optimistas.
Sin soberanía no se le puede dar una salida de izquierdas a esta crisis. Exigimos políticas valientes y coherentes con la clase trabajadora, para que esta recesión no la vuelva a sufrir la mayoría social.
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