Ante el apoyo explícito dado por expresidentes del Gobierno y exlíderes sindicales de UGT y CCOO a la actuación “impecable” de Rodolfo Martín Villa, en relación con la Querella Argentina que instruye la jueza María Servini. Nuestro sindicato expresa que “no puede haber impunidad para un criminal, al que se le acusa de delitos contra la Humanidad”. Como sindicato antifascista, valoramos como un denigrante bochorno que algunos representantes de izquierdas legitimen a un fascista, que no se arrepiente de nada, y que hizo todo lo posible para acabar con las protestas de los movimientos populares.
Rodolfo Martín Villa, como ministro de Relaciones Sindicales y de Gobernación, fue responsable directo de la matanza de Vitoria-Gasteiz, el 3 de marzo de 1976, en una situación de huelga, la Policía Armada desaloja a 4.000 trabajadores reunidos en asamblea en el interior de una iglesia. En esta intervención violenta, murieron cinco obreros y ciento cincuenta más resultaron heridos. De la misma forma, también fue responsable de los sucesos de los Sanfermines de 1978, con otra represión policial, tras desplegarse una pancarta a favor de la amnistía total en la plaza de toros, dejando otros ciento cincuenta heridos y un estudiante muerto por un tiro en la frente. Estos sucesos nunca fueron juzgados. O por su protección de Billy el Niño hasta el final. O como presidente de Endesa, permitiendo un genocidio sobre comunidades mapuches en Chile, para la construcción de centrales hidroeléctricas, a finales del siglo pasado. Nunca ha pedido perdón.
Desde SOA, constatamos una vez más que de la fallida Transición nos vienen los barros actuales. El régimen del 78 niega sistemáticamente una reparación democrática en términos de justicia y memoria hacia las víctimas de la represión franquista. Este ejemplo, uno más, demuestra que es imposible un proceso de ruptura sin “romper de verdad” con supuestas aliadas, que lo único que hacen es dejar “todo atado y bien atado”.
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