Desde SOA Educazión observamos con preocupación la gestión que se está realizando, a diferentes niveles, en relación con la vacunación del personal laboral y en prácticas del sector educativo. A día de hoy se han cancelado todas las citas relacionadas con la segunda dosis de la vacuna Astra Zeneca. Los argumentos esgrimidos son muy oportunistas, dado que el hecho de generar una trombosis se relaciona en casos de 1 sobre medio millón o millón de personas. Según los expertos, un riesgo-beneficio a favor de la vacuna. Además a los alumnos en prácticas de la universidad ni siquiera se les ha tenido en cuenta en el proceso de vacunación.
En Aragón son casi cinco mil personas las que se encuentran en esta situación de impasse, un limbo que sigue generando dudas, incertidumbre y cansancio. No hay contundencia en la respuesta. Y la guerra de las farmacéuticas sigue su curso. Nuestro querido Primer Mundo, no ha querido liberalizar las patentes y ahora pagamos todas el desorden en la llegada de suficientes dosis para inmunizar a la población.
Si ya fue un caos en sí el propio proceso de vacunación del personal docente, con una instrucción desde la propia Consejería de Educación que no se llegó a cumplir, por criterios, prioridades y falta de transparencia. Ahora nos toca observar la loca ceremonia de confusión avalada por el Ministerio de Sanidad, quien ha llegado a plantear una segunda dosis de otra marca o dejar a las afectadas con un único pinchazo -dosis al 75%-. ¿Se ríen de nosotras?
El Sindicato Obrero Aragonés demanda que se complete el proceso de vacunación con todas las garantías; por ello instamos a los sindicatos que representan al personal docente en la Mesa Sectorial, para que presionen al consejero Faci y a la administración, y que planteen a la Consejería de Sanidad la necesidad de culminar con rigor científico la vacunación. En un curso escolar disparatado, se debería de escuchar de verdad a los interlocutores legítimos. Pero esto es mucho pedir.
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